
¿Cómo se anda un camino?. Depende de las circunstancias -me estoy empezando a cansar de las circunstancias-.
Si tienes todo el tiempo del mundo, despacio. Si las prisas son parte de tu naturaleza, rápido.
Pero no se trata solo del tiempo que tengas para emplear en ese camino. En ocasiones tienes que correr para atrapar al que va delante, o detenerte para esperar al que viene detrás. Y lo más jodido: retroceder en tu camino porque el otro no quiere andar.
Entonces tras esperar un poco te preguntas donde está quien camina a tu lado, porque no sigue, si se ha perdido o si simplemente no quiere caminar más contigo. Y tienes tres opciones: esperar hasta que el otro vuelva a coger el ritmo, dar marcha atrás y caminar al suyo o seguir esperando que el corra para alcanzarte a tí. Corres tres riesgos: esperar algo que nunca llegará, amoldarte tú a unos pasos que no son los tuyos, o perderlo en el camino.
Ir del punto A al punto B no es tan fácil, y -maldita sea- nunca hay una línea recta. Los senderos sinuosos suelen ser los más transitados, los que tienen mayor índice de desapariciones, y también los más reconfortantes.
Pero para llegar al final hay que tener tres cosas indispensables, fuerza, paciencia y... . Bueno, supongo que descifrar las claves del CAMINO es como dar los ingredientes de la piedra filosofal, una locura.
Quizás es que no haya encontrado la tercera premisa. Pero si ustedes la encuentran, avísenme. Aunque mientras, yo sigo andando mi camino, a mi ritmo, un poco desastre, pero a mi ritmo.